A inicios del 2018, se da a conocer la metodología Tiempo de Juego y las habilidades psicosociales para fortalecer en padres, madres y cuidadores su capacidad de liderazgo e inteligencia emocional por medio de actividades lúdicos y vivenciales buscando crear a mediano plazo vínculos con sus hijos e hijas para que en los hogares exista un tema del cual hablar con propiedad y experiencia, que contribuya a generar un ambiente propicio para querer regresar a un nuevo taller, y de esta forma se impacta positivamente a cada individuo con una mejor convivencia dentro de sus hogares y dando vía libre a la emoción de recordar sensaciones que los adultos aveces olvidamos por ser grandes.
Evaluaciones, tareas y preguntas se dejan al terminar cada taller que cada participante lleva a su hogar y que los mismos comparten en su entorno familiar, para ser aplicados en la cotidianidad; estos documentos son respondidos y se dejan archivados en una carpeta propia, decorada con gran detalle y dedicación por su dueño, ya que es como el manual de consulta de lo aprendido en la Escuela.
«Estaba pasando por una situación critica: me había quedado sin trabajo y eso me tenía desesperada, estaba en mi casa aburrida… hasta que me enteré que había un espacio para mi y aquí me recibieron muy bien y me prestaron mucha atención. Aquí paso mi tiempo… aquí es mi hogar»
Gloria Nivia, 72 años. 7 años en la Escuela de Familias.
Los talleres son divertidos, un espacio de aprendizaje y un sitio fuera de la zona de confort de cada padre, madre o cuidador que participa. La puerta está abierta y así es como también niños, niñas y jóvenes se atreven a participar, se olvidan de los problemas y obligaciones que quedan fuera de dos telones que dan lugar a un salón improvisado pero que la sinceridad, y tal vez la necesidad de hablar sin miedo, llena el lugar con relatos inimaginables y de experiencias vividas por ellos, tristes y alegres que terminan siendo compartidas con y para todos.
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