El alto uso de benzodiacepinas (rivotril y clonazepam) en muchos casos es relacionado por los y las jóvenes para realizar actos sin miedo. “estar en cuerpo pero no en mente”.
Alto consumo de tusi en jóvenes y amplia oferta de este por su facilidad de preparación. Este preparado cuenta con ingredientes adictivos y riesgosos como la oxicodona y benzodiacepinas.
La heroína (fumada) mezclada con la marihuana es frecuente en las narraciones de jovenes entrevistados. manifestaron iniciar este consumo sin tener mayor información sobre la sustancia más allá de buscar una “traba” más prolongada.
El 43% de jóvenes del SRPA dice que algún integrante de su familia consume algún tipo de SPA
El 84% de jóvenes del SRPA ha consumido alguna sustancia
El 63% de jóvenes de SRPA mezcla dos o más sustancias
Adolescentes y jóvenes dicen haber iniciado el uso de drogas antes de los 14 años, algunos a partir de los 9 años.
El acercamiento e inicio de consumo de SPA en NNJA está siendo a través del conocimiento experiencial con sus grupos de pares, por lo que no cuentan con información confiable.
La distancia con la educación como proyecto de vida, las fronteras invisibles, la violencia escolar y la presencia fuerte de referentes que no estudiaron y lograron solvencia económica facilita la desescolarización.
Hombres jóvenes y adolescentes admiran referentes por la capacidad de adquirir bienes materiales, el ejercicio del poder como dominio sobre otros. A medida que se acercan a estos referentes, van encontrando reconocimiento y empiezan a relacionarse con el mundo a través de valoraciones del más fuerte, el más resistente a los efectos de las sustancias, el más violento, y el más leal al combo.
Se evidencia que en varios casos jóvenes del SRPA han cometido más de un delito aparte del cual por el que encuentran sancionados. La comisión de delitos violentos como el porte de armas, el homicidio y la extorsión, muchas veces parecen estar relacionada con dinámicas vinculadas al mercado ilegal de drogas (porte de armas, homicidio, extorsión)
Se identifica el uso de la privación de libertad y la judicialización por parte de familias y jueces como el camino para regular el comportamiento “rebelde” de adolescentes y jóvenes cuando hay uso de drogas y como medio para protegerles de riesgos a su integridad personal. Esto, debido a la ausencia de otras opciones.
Familias, jóvenes y actores del SRPA parecen tener una percepción de la privación de libertad como un medio que facilita garantizar los derechos de adolescentes y jóvenes, como vivienda digna, alimentación, educación, salud.