El 43% de jóvenes del SRPA dice que algún integrante de su familia consume algún tipo de SPA
El 84% de jóvenes del SRPA ha consumido alguna sustancia
El 63% de jóvenes de SRPA mezcla dos o más sustancias
La distancia con la educación como proyecto de vida, las fronteras invisibles, la violencia escolar y la presencia permanente de referentes que no estudiaron y lograron solvencia económica facilita la desescolarización.
Hombres jóvenes y adolescentes admiran referentes que tienen capacidad de adquirir bienes materiales y que ejercen dominio sobre otros. A medida que se acercan a estos referentes, van encontrando reconocimiento y empiezan a relacionarse con el mundo a través de valoraciones del más fuerte, el más resistente a los efectos de las sustancias, el más violento, y el más leal al combo.
En la vida de estas mujeres jóvenes está muy presente la maternidad como el principal camino de vida. El control y el dominio en las relaciones de pareja está normalizado.
Al ser el mercado de drogas un entorno masculinizado, las mujeres tienen mucha menos oportunidad de subir de nivel dentro del mismo. El trabajo sexual es una de las oportunidades mas presentes en sus vidas.
La inserción al mundo delictivo para los hombres jóvenes pasa por pruebas en las que deben demostrar su masculinidad, no mostrar fragilidad, demostrar capacidad para dominar espacios y grupos, obtener dinero para comprar sustancias y objetos que demuestran estatus.
Idealizan y eligen como pareja a mujeres alejadas de dinámicas delictivas, ejerciendo control sobre ellas y esperando que ellas los alejen del delito y el uso de drogas.