Un Orgullo colombiano
¡De Soacha para toda Colombia!: Érika Martínez, una talentosa atleta soachuna, se ha coronado campeona mundial en el reciente Campeonato Mundial de Atletismo para Sordos celebrado en Taipei, Taiwán. Con un impresionante primer lugar en los 800 metros planos y un tercer lugar en relevos 4×400, su desempeño no solo la destaca como una de las mejores en su categoría, sino que también resalta la dedicación y el arduo trabajo que ha realizado a lo largo de su carrera.
La vida de Érika no ha sido fácil. Desde sus inicios, enfrentó el abuso físico y psicológico debido a su discapacidad, pero su historia tomó un giro positivo cuando se unió a la Fundación Tiempo de Juego. Allí, bajo la guía de su entrenadora Kelly y su entrenador Jhon Jairo Chávez, Érika encontró un entorno de apoyo que la motiva a superar sus propios límites. “No me fijé en lo que decía la gente sobre mi discapacidad”, comparte Érika. “Comencé a confiar en mí misma y descubrí un potencial que no sabía que tenía.”
Su camino la llevó a ser monitora, gestora comunitaria de la Fundación Tiempo de Juego, donde ha liderado un semillero de jóvenes promesas del atletismo, siendo referente para la transformación a través del deporte. Actualmente lidera el equipo Athletic TDJ, equipo que busca el alto rendimiento en jóvenes del territorio y que desde ya se destaca en diferentes competencias tanto departamentales como nacionales. Destaca de igual manera como representante de la Liga de Cundinamarca y del Ministerio del Deporte en competiciones internacionales. Ahora, con su título de campeona mundial, es un símbolo de resiliencia y tenacidad, mostrando que con trabajo duro y determinación, ¡los sueños se pueden alcanzar! Además, su historia inspira a otros jóvenes a luchar incansablemente por sus metas, recordando que siempre es posible superar las adversidades.
“Gracias a todos los que estuvieron detrás de este resultado. Ha sido un año muy difícil, pero vale la pena haber trabajado duro para representar a mi país de la mejor manera”
afirma Érika. Con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024 y nuevas metas por cumplir, continúa desafiándose a sí misma, llevando un hermoso mensaje de esperanza y perseverancia a las comunidades que la rodean. Érika es un testimonio vivo de que con fe, paciencia y sacrificio, se pueden alcanzar grandes frutos y resultados extraordinarios.